4El Sapa Inca
El Sapa Inca era un gobernante autocrático que ejercía un enorme poder. Gobernaba de por vida y no sólo era el jefe de estado, sino que también estaba a cargo de los asuntos militares y religiosos.
Los incas adoraban a Inti, el dios del sol, y el Sapa Inca era considerado el representante vivo de Inti en la tierra. De hecho, el Sapa Inca era considerado tan sagrado que a la gente corriente no se le permitía ni siquiera mirarlo. Todo lo que tocaba se quemaba para evitar que se hicieran brujerías contra él.
Los rituales realizados en el Templo del Sol de Cuzco, con la presencia del Sapa Inca, eran grandes ocasiones religiosas, pero también una fuente de identidad política para el imperio y sus súbditos.
Imágen: El Emperador Pachacútec adorando a Inti en el templo Coricancha, dibujo de Martín de Murúa. De Cronista Martín de Murúa - Crónicas de Martín de Murúa, Dominio público.

Cuando un Sapa Inca moría, se producía un periodo de luto que duraba hasta un año. Sin embargo, el Sapa Inca seguía ejerciendo el poder incluso después de su muerte, por medio de su cadáver momificado, que seguía apareciendo en diversas ocasiones estatales.