Orígenes del racismo (1/4)

Cita

“El racismo es un producto de la historia, y sólo por los hombres puede ser deshecho. Pero los poderosos prefieren venerar el pasado y legitimar sus privilegios.”

Eduardo Galeano

La “raza” es un concepto, un discurso real y complejo (una construcción cultural aunque no exista biológicamente) en el mundo de hoy construido en el contexto del etnocentrismo (ver Nota 1), sobre todo a partir del siglo XV, cuando la noción de racismo, se convierte en una cimentación ideológica europea, una práctica socio-cultural y política, que implicó la aceptación de un “centro”, Europa, alrededor del cual se reunieran y ordenaran los hechos históricos, políticos y religiosos de América.

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Los procesos de colonización que los europeos realizaron en el continente americano entre el siglo XVI y el XIX, permitieron el posicionamiento de las creencias basadas en la diferenciación racial de la humanidad, ubicando unos grupos humanos por encima de otros en una escala de superioridad e inferioridad racial, donde los colonos blancos/europeos se autodenominaron “superiores” en condiciones racionales y culturales. A partir de este argumento, los europeos asumieron el dominio de la mayor parte de las tierras, las minas, el comercio, la iglesia y el gobierno, mientras que los demás grupos humanos fueron considerados inferiores y, por ello, confinados a espacios de servilismo.

Para justificar la esclavización de millones de africanos y africanas a través de sus instituciones más representativas, los europeos construyeron postulados pseudocientíficos alrededor de la inferioridad racial de las personas que habitaban las costas occidentales y la zona subsahariana del continente africano. Con ello se estableció el comercio de africanos y africanas hacia América para reducirlos a la condición de “esclavos” (ver Nota 2).

Por más de tres siglos y medio (XV-XIX), África estuvo unida con América y Europa. Su población fue “arrancada” condenándola al destierro hasta las Américas. En el “Nuevo Mundo”, los nativos americanos y la población africana esclavizada produjeron materias primas agrícolas que revolucionaron la alimentación y el comercio en Europa y cambiaron todas sus reglas de vida. Estas materias primas fueron consumidas y sirvieron de base para las manufacturas que se redistribuyeron hacia África y las Américas.

La racialización de las relaciones comerciales y sociales se trasformó entonces en un imperativo para construir y sostener las nuevas relaciones de poder. En este proceso, el racismo se alimentó de la lógica de la oposición a través de un ordenamiento social jerarquizado basado en lo racial con actores particulares (blancosmestizos/ indígenas-negros) y nuevas herramientas (inquisición, códigos negros y violencias) para la confrontación (ver Nota 3).

Es así como el discurso racial en las Américas y el Caribe es consecuencia de un proceso de posicionamiento del pensamiento occidental eurocentrado que determinó la existencia de un nuevo ejercicio de poder sobre los territorios y sociedades existentes en el hemisferio, en donde se sostuvieron varios procesos históricos que permitieron la existencia de una organización racial basada en postulados que designaron la inferioridad racial para aquellos u aquellas que no pertenecían al constructor fenotípico, ideológico, religioso y político de los europeos o sus descendientes.

En América Latina el proceso de imposición de ese nuevo patrón de poder fundamentado en la idea de la “raza”, generó que los pueblos esclavizados cobraran un papel importante en la materialización del control ejercido por los europeos en la división del trabajo, la dominación de los medios de producción y sus recursos para la manipulación del mercado mundial, lo que permitió la excesiva concentración de la riqueza, posibilitando que el capitalismo tuviera génesis con la esclavización de quienes fueron calificados racialmente inferiores. Es así como se comienzan a establecer nuevos códigos de relaciones entre los pueblos afrodescendientes y los europeos en el marco del racismo, que si bien aparece como un fenómeno amplio, diverso y polifacético, contiene múltiples niveles o componentes ideológicos, estructurales, institucionales y actitudes individuales socialmente reproducidas.

Es a partir de la diferenciación racial que se establece la categoría de superioridad/inferioridad, con la cual las y los maestros en la escuela identifican a los y las estudiantes afros de los no afros. Y es aquí donde el concepto del color, complementa la categoría de inferioridad por ser el signo más visible de los rasgos físicos con los que se identifica al “otro.”

Notas:

1- El etnocentrismo se define como la tendencia de ciertos individuos o culturas a considerar como referente sus propias normas morales, sociales y culturales, porque asumen que éstas son superiores a las demás culturas o civilizaciones.

2- La palabra “esclavo” es una designación que no corresponde explícitamente a la condición en la que llegaron los africanos/as a América, puesto que estas personas fueron secuestradas y desarraigadas a territorios americanos para ejercer trabajos forzosos sin ningún tipo de remuneración, debido a que se consideraban seres irracionales y bienes de propiedad individual. Por tanto, a lo largo de este documento utilizaremos la palabra esclavizado/a para referirnos a los africanos/as y sus descendientes durante la institución de la esclavización en América.

3-Las conceptualizaciones del etnocentrismo y el cientismo de Montaigne, el relativismo de Levi-Strauss, las teorías de la raza y del racismo de Gobineau, el racialismo de Renan, las teorías de las naciones y nacionalismos de Tocqueville o Michelet o el exostismo de Chateaubriand, Loti y Segalen son algunos de las tendencias y autores que se dedicarán a justificar las relaciones raciales de poder.

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