El libro en inglés "Black Athena: The Afroasiatic Roots of Classical Civilization" (Atenea negra: las raíces afroasiáticas de la civilización clásica) del historiador Martín Bernal, que dio lugar a una gran polémica cuando apareció por primera vez en 1987. La tesis de Bernal era que gran parte de la cultura griega había sido importada de los vecinos africanos y asiáticos de Grecia, especialmente de los fenicios y el Egipto faraónico. Su interpretación fue controvertida, ya que la antigua Grecia ha sido identificada a menudo como el origen de todo lo que consideramos "europeo". Si resulta que los griegos habían tomado prestada la mayor parte, o gran parte, de su cultura de África y Oriente Medio, los europeos ya no podrían ser quienes creen que son.
El propio Bernal era un estudioso de la China contemporánea, no de Grecia, y era fácil para los especialistas señalar errores en su análisis. Por ello, la tesis de la Atenea Negra ha sido rechazada con frecuencia. Sin embargo, la antigua Grecia realmente tomó mucho prestado de sus vecinos, de Egipto en particular. Los propios griegos antiguos lo admitieron sin problemas. En términos más generales, podría ser un error pensar en "Grecia" como una civilización discreta que puede distinguirse fácilmente de las sociedades que la rodeaban. Por un lado, los pueblos que consideramos griegos eran navegantes que interactuaban estrechamente con todos los demás en el Mediterráneo oriental. Las sociedades griegas y no griegas no eran tan distintas como solemos creer.
No fue hasta el siglo XIX que los estudiosos alemanes, en particular, empezaron a a pensar en Grecia como el origen de su propia sociedad. Y la elección de Grecia fue, al menos en parte, una consecuencia del hecho de que los franceses - los enemigos de Alemania en de Alemania en una serie de guerras, a menudo se remontaban a su propia historia hasta los romanos. De hecho, el debate sobre Atenea Negra puede decir más sobre nosotros que sobre los antiguos. Los años ochenta y noventa fueron una época en la que se libraron varias "guerras culturales" en los campus universitarios estadounidenses. Los miembros de grupos minoritarios se quejaban a menudo de que el canon académico contenía demasiados "hombres blancos muertos". Llamar a Athena "negra" era una forma de dar la vuelta a la tortilla a la cultura académica establecida.
Este artículo se basa en la publicación original en inglés: ErikRingmar, History of International Relations: A Non-European Perspective.Cambridge, UK: Open Book Publishers, 2019.
